sábado, 30 de agosto de 2008

A quien corresponde

El orgullo es esa sombra que se apodera del camino que recorres, donde había luz ahora hay un boceto de lo que eras, o mejor dicho de lo que éramos, qué distintos éramos.
El orgullo hizo que la distancia nos aleje aún más, hizo de las palabras látigos y espadas mortales, ya no podemos pronunciar ni suspirar, la traducción es siempre la misma, es que hay algo que no está bien, algo se quebró, pero puede remendarse…Nos fuimos perdiendo poco a poco y no hicimos nada, nos fuimos malinterpretándonos cada vez un poco más y sólo bastaba con hablar de verdad para saber que íbamos al mismo destino.
Maldita sea el egoísmo que hace que pierdas a quien querés, sería mucho más fácil hacerlo juntos, pero nuestros sentimientos no nos lo permiten. No es que no nos hayamos dado cuenta, sino que es demasiado tarde para dar un paso atrás.
Por eso lloramos en silencio, con arrogancia, por eso nos extrañamos tanto, por eso duele, porque estamos separados por una estupidez. Pero es más fuerte, porque la arrogancia es más fuerte y porque en última instancia está el amor, palabra de la que tan bien hablas, pero solo eso, no sos capaz de arriesgar las cartas que te quedan, no sos capaz de tomar esas migajas y ofrecerlas a cambio de mis migajas, no te das cuenta que no gana ninguno en este juego, no hacemos más que perder y lastimarnos…Y si hablo con esta naturalidad y desde esta perspectiva es porque mi orgullo está cansado, porque mi cabeza quiere reposarse en alguno de tus brazos, junto a tu pecho y porque mi corazón sólo quiere latir deprisa porque estas conmigo.


Gianni

No hay comentarios: